Una producción periodística de Señales de Humo, con la colaboración de Libreta de notas.

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sábado, 26 de junio de 2010

Los once contra Brasil

John Whiscoigne sorprende con una alineación ofensiva. Heath Jackman jugará de entrada. En Brasil, finalmente, estarán todos los titulares.

(Rodolfo Frascara. ENVIADO ESPECIAL). Después de una práctica dirigida por el segundo entrenador, Tim Cahill, y con dos horas de retraso de acuerdo a lo previsto, el seleccionador de Australia, John Whiscoigne, compareció ante la prensa visiblemente afectado por los festejos de la clasificación a octavos. “Está todo controlado, muchachos”, tranquilizó al irrumpir tambaleándose en la sala de conferencias.

jueves, 24 de junio de 2010

La precisa: Rojo pasión y rojo sangre

Por Dieter Laser /Teamgeist Experte
Cortito y al pie: La figura del Mundial va a ser el extremo derecho alemán, Max Schnellrennpferd. Porque es rápido. Porque es hábil. Porque es alemán.
Tarjeta amarilla: Hay árbitros que parecen psicópatas de película, cebados por el rojo sangre de la expulsión fácil. O que amonestan por simular, por festejar sin camiseta, por protestar, por hacer tiempo, mientras dejan que los partidos parezcan un videojuego gore, con golpes y mutilaciones por todos lados. Inaceptable.
Tarjeta roja: ¿He leído bien? ¿Está Australia en octavos de final? ¿Y todavía no renunció ningún alto cargo de la FIFA?
Ojo al piojo: Un jugador de equipo. Un jugador que pone toda su calidad al servicio de la camiseta. Un jugador que escapa de los flashes y del protagonismo. Hablamos de Carlinhos dos Santos, el diez de Brasil. Un hombre que jamás pondrá su imagen personal ni sus contratos millonarios por encima de su escuadra.
Toque final: Empieza el Mundial de verdad. Los figurantes se van marchando a casa y sólo quedan los equipos serios. Ahora viene lo bueno. Palabra precisa, palabra de Laser.

miércoles, 23 de junio de 2010

Contracorriente: Y estarán contentos…

Por Brian Johnson /Redactor jefe del Acca Dacca Journal
Quizás los ciento tres aficionados australianos que aún permanecen aquí para ver el Mundial en vivo y en directo (de los que quedaron, uno se tuvo que volver antes porque tenía que entregar un trabajo en la facultad; en el hemisferio sur estamos en invierno) se encuentren aún festejando la clasificación de los Socceroos para octavos de final. Está bien, tienen que estar contentos. Esto no pasa todos los días.
Pero también deben de estar contentos en la Federación de Fútbol de Australia. Y no deberían. Porque su títere inglés, John Whiscoigne, no ha conseguido el milagro. A menos que el pirata tenga contactos con las fuerzas del más allá, no se le puede adjudicar ningún mérito en esta hazaña. Y no me vengan con eso de que así es el fútbol. Me niego a creerlo. Sólo la brujería pudo provocar el empate entre coreanos y serbios, y sólo una maldición impidió a Holanda agujerear el arco del impresentable Peter Garrett. Por cierto, esa calva le queda horrible al arquero, debería probar con una boina.
A lo que voy: ahora llegó el turno de la verdad. Ahora volveremos a ver las cosas como son, de vuelta en negro. Porque nos toca jugar contra Brasil, y ahí no habrá macumbas que nos salven. El impostor será desenmascarado y veremos al emperador británico desnudo. Como siempre lo estuvo.

Repercusión en la prensa internacional (III)


La clasificación de Australia a octavos provocó algunas reacciones en la prensa internacional, entre las que caben destacar las siguientes:
Marca (España): España más que clarísima favorita. El mediocre empate de Holanda deja a España como la única selección que venció sus tres partidos en la primera ronda. El golpe de autoridad de La Roja la convierte en la perfecta favorita para alzar la copa. El árbitro español Pérez Boluda correcto en la victoria de Serbia y ante por Montenegro 3-3.
Olé (Argentina): El canguro se chupó la naranja. Australia no se la metió a Holanda, pero le cagó la racha ganadora. Empató y se coló de pedo en octavos. El chino Park y los serbios se quieren matar y casi lo hacen (3-3).
L’Equipe (Francia): Acá no. No conformes con hacernos pasar papelones en rugby, ahora los australianos quieren venir a robar protagonismo en el fútbol. De momento, jugando como juegan no tienen mucho futuro. Igual que Francia…
De Telegraaf (Países Bajos): Nuevo debate en el deporte holandés. Tras el triste empate de la Naranja mecánica contra un montón de australianos, el secretario de Deportes, Fiestas, Entretenimiento y Fuegos Artificiales, Gus van Sant, abrió un nuevo debate: “Quizás debamos prohibir el consumo de porros en las concentraciones de la selección”, propuso.

Australia clasifica para octavos de final

El balance de la primera rueda deja tres empates y ningún gol, pero la clasificación a octavos. Whiscoigne, conforme. Celebración en un pub local.
 Colin Hay a caballito de Kidman festeja la clasificación. Tim Farriss y Kyle Tipogue se acercan a celebrar.
Por Fernanda Niembra
La participación australiana en el Campeonato Mundial de Fútbol es el juego del vaso medio lleno o medio vacío. Como dijo algún sabio, Australia juega sin arcos, aunque eso parece suficiente. Ningún gol a favor, pero ninguno en contra. Ninguna victoria, pero ninguna derrota. Tres empates que fueron suficientes para pasar de ronda en un grupo complicado en el que, a priori, nadie daba nada por los Socceroos.
Equipo
Pts
PJ
G
E
P
GF
GC
Holanda*
7
3
2
1
0
8
1
Australia*
3
3
0
3
0
0
0
Serbia
2
3
0
2
1
4
5
Corea del Sur
2
3
0
2
1
3
9
*Clasificados para octavos de final.

Horrendo empate de Australia

Australia empata con Holanda en un pésimo partido y se clasifica de carambola para octavos. Los rivales de grupo juegan el mejor partido del Mundial y se eliminan al igualar 3 a 3. Brasil, el próximo rival.
 Jugadores de Australia y de Holanda se saludan antes del inicio del partido.

(Rodolfo Frascara. ENVIADO ESPECIAL). Hay una buena y una mala noticia. La buena noticia es que Australia consiguió clasificar para octavos de final a pesar de su empate. La mala, que jugó un partido horrendo. 
John Whiscoigne armó un equipo para no dejar jugar a Holanda, para perder tiempo y cortar el partido. Y lo consiguió. Sólo se olvidó de que ganando se ahorraba el sufrimiento que supone depender de otros resultados. Pero aguantó el cero a cero y clasificó de milagro.
El partido empezó según lo previsto: los Farriss se pegaron a los naranjas y les tironearon levemente la camiseta, los pantalones, o les mentaron a sus madres y hermanas por lo bajo. Los suplentes holandeses, entre tanto, intentaron impresionar a su entrenador para hacerse un hueco en el primer equipo, y jugaron ligeramente descentrados, con excesiva tendencia a la maniobra personal, al adorno, al lujo. Más pendientes de las cámaras y del lobby mediático que de las instrucciones que venían desde la banda.
Kidman se la pasó en el suelo. Cada pelotazo sin sentido arrojado por los zagueros australianos era media falta a favor de los Socceroos. Pero siempre muy lejos del arco. En una de esas jugadas intrascendentes, Colin Hay no pudo con su genio y se hizo amonestar tontamente al discutir con el árbitro un offside de Kidman, que estaba cuatro metros adelantado. El mediocentro se pierde el partido de octavos por acumulación de tarjetas.

Harry Vanda intercepta a Roy Batty en un lance del encuentro.

Holanda, casi
Pese a todo, Holanda tuvo cuatro claras ocasiones de gol. A los veinte minutos del primer tiempo, Peter Garrett tuvo que estirarse cuan largo es para descolgar un misil dirigido al ángulo desde la medialuna. Finalizando la primera parte, Kennedy rechazó en la línea un cabezazo desde el punto de penal a la salida de un córner.
A los quince del segundo tiempo, Kinnear tiró mal el achique y habilitó a Roy Batty, el nueve de los Países Bajos, que eludió a un desesperado Garrett y empujó suave de cara al gol, aunque la pelota se fue a escasos veinte centímetros del palo. Faltando cinco minutos para el silbato final, un indirecto por jugada peligrosa de Young derivó en una serie de rebotes en el área, despejes fallidos, salidas en falso y, por último, un puntinazo anónimo que dio en el travesaño y se fue. El árbitro dio saque de arco.

martes, 22 de junio de 2010

Los once contra Holanda

Mismo equipo que frente a Corea del Sur, pero con Kidman como único delantero. Holanda, ya clasificada, jugará con muchos suplentes. Deserción en la hinchada australiana.
Cada vez menos aficionados siguen a los Socceroos en los estadios.

(Rodolfo Frascara. ENVIADO ESPECIAL). John Whiscoigne anunció hoy en rueda de prensa los once jugadores que saltarán de arranque al terreno en el decisivo partido contra Holanda de mañana. El entrenador de Australia vuelve a confeccionar una alineación ajustada a su contrincante, una Holanda plagada de suplentes que cuida jugadores para el encuentro de octavos, aunque conserva su esquema de tres delanteros, tres mediocampistas y una defensa de cuatro con dos laterales de vocación ofensiva.
Según Whiscoigne “la clave del partido consiste en interrumpir la fluidez y la vertiginosa velocidad del juego neerlandés.” Así justificó que se repita la alineación del primer match, con la excepción del joven Kidman, quien será el único delantero. De este modo, los Socceroos titulares serán: Garrett al arco; las cuatro K al fondo; Colin Hay, Vanda, Youg y los hermanos Farriss al medio; solo en la punta de ataque, Nick Kidman.

domingo, 20 de junio de 2010

La precisa: Como en el '74

Por Dieter Laser /Teamgeist Experte
Cortito y al pie: Holanda es mi candidato. Concluida la segunda ronda de partidos, nadie jugó mejor. Está claro que vamos a revivir la final de 1974, pero sin Cruyff ni Beckenbauer. Una lástima.
Tarjeta amarilla: Cuidado con Brasil. Arranca a media máquina, pero se guarda para lo mejor. Engaña como el malo de la película, que parece que está muerto pero no está muerto. Al final es él quien los mata a todos y vuelve en la próxima secuela para hacer lo mismo. Pentacampeón.
Tarjeta roja: Hay periodistas que parecen hinchas. Cuando el cuarto poder se convierte en el jugador número doce, hasta el canal de televisión número uno se vuelve de cuarta.
Ojo al piojo: Sutileza, claridad y suavidad son sinónimos de Jens Holzbein. El delantero alemán es la delicadeza aplicada al fútbol. Se acabó la era de los Sócrates, los Batistuta, los Roberto Carlos, los Sneijder, los Podolski o los Medina Bello. Es hora de parar, pensar y colocar.
Toque final: Interesante duelo entre los figurantes del grupo de Holanda. Serbia y Corea del Sur se jugarán en el último partido el pase a octavos. Pero da igual quién gane, porque los espera Brasil para mandarlos de vuelta a casa. Palabra precisa, palabra de Laser.

Análisis: Los siete partidos

Por Fernanda Niembra
¿Tienen los Socceroos lo que hay que tener para estar entre los grandes?

Ya lo dijo el legendario defensor uruguayo Pablo Forlán: “Ganar el Mundial es muy fácil: son sólo siete partidos.” Efectivamente, esa es la distancia que debe recorrer cualquier selección que aspira a levantar la Copa.
La mitad de los equipos que participan en la máxima cita del fútbol apenas jugarán tres encuentros. Tres míseros partidos y a casa. Para Alemania, Brasil, Italia o Argentina, acostumbradas a estar ahí arriba, tres partidos les pueden parecer poco. Pero para las selecciones más modestas, esos tres encuentros son la gloria, son un premio a una esforzada trayectoria futbolística, un bonito recuerdo que atesorar.
Por eso el Mundial no es un torneo para cualquiera. No es una competición para equipos regulares, con planteles acostumbrados a los torneos de 19 ó 38 partidos, sino para conjuntos con mentalidad ganadora, que saben disputar cada minuto como si fuera el último. Equipos que no quieren perder ni en los entrenamientos, que luchan a muerte por cada pelota y que permanecen concentrados los 90 ó 120 minutos que dura un encuentro. No en vano dice la sabiduría popular que hay jugadores de equipo y jugadores de selección.
En un campeonato regular, un jugador importante se puede perder tres o cuatro partidos por una lesión, y a final de temporada no se nota. Pero en un Mundial… ¡tres partidos puede ser todo el torneo! La elección de los jugadores titulares y sus reemplazos es, por ello, fundamental.¿Tiene Australia los jugadores que debería? ¿Serán capaces estos Socceroos de solventar bien sus tres (o quizás más) partidos? La pelota ya está en marcha, la Historia los juzgará.