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miércoles, 7 de julio de 2010

Los once ante Italia

Australia presentará un equipo ofensivo para ‘asustar’ a una Italia conservadora. Jackman volverá a tener su oportunidad. Whiscoigne agradece el apoyo de la hinchada y critica a la prensa.

John Whiscoigne mostró un comportamiento algo extraño ante los periodistas.

(Rodolfo Frascara. ENVIADO ESPECIAL). Un desmelenado John Whiscoigne irrumpió ayer en la rueda de prensa para presentar la alineación de Australia ante los italianos. “Entre la caspa y la alopecia, perdí la poca melena que me quedaba”, bromeó con los periodistas. Luego leyó de corrido el equipo titular, en el que sorprende la presencia de dos delanteros, Doohan y Kidman, junto al mediapunta Jackman. “Es para ver si los spaghetti se asustan un poco”, dijo Whiscoigne extrañamente risueño.
En el medio jugarán Colin Hay, y los carrileros Young y Vanda. Antonio Lapaglia se pierde este partido de gran valor sentimental por sanción. En el fondo, todo permanece inalterado, con Garrett al arco y los cuatro K de la defensa.
El rival
Australia enfrentará en las semifinales a la eterna Italia, que se impuso a Turquía en cuartos por dos a uno, en un partido sobrio en el que los italianos sufrieron más de lo necesario para conseguir el triunfo ante un rival claramente disminuido. Turquía se halla sumida en pleno relevo generacional, con los desajustes que ello implica, y además contó con las notables ausencias de su capitán, por sanción, y del arquero, con fractura de costillas. Así las cosas, Italia fue superior, pero se confió en demasía y, luego de conseguir una ventaja cómoda de dos goles, se dejó estar y casi le empatan el partido.
Se especula, por tanto, que la selección azzurra será más cauta de lo habitual. El commissario tecnico Giuseppe Fellini planteará un partido conservador, para asegurarse el pase a la final sin sorpresas.
John Whiscoigne, por su parte, declaró que “yo sé cómo ganarle a Italia. El problema es que mis jugadores todavía no lo saben. A ver si me da tiempo esta noche y se lo explico bien.”
Fans y prensa
Finalmente, John Whiscoigne agradeció el apoyo de los cincuenta y dos australianos que aún siguen a los Socceroos desde las gradas (algunas fuentes informan que los demás desertaron por aburrimiento) y prometió que no iba a prometer nada. “Después la gente se ilusiona, se cree cualquier cosa, y al final se lleva una decepción muy grande”, se justificó el entrenador.
No obstante, pidió que la gente siguiera alentando al equipo, ya que sus jugadores necesitan oír el cálido grito de gol que baja desde las tribunas. “¿Para eso no habría que meter un gol?”, cuestionó el periodista Brian Johnson. John Whiscoigne respondió: “Qué sabrás vos, si lo máximo que estuviste fue en un solteros y casados.” El entrenador inglés añadió que “si al fútbol se jugara como hablan mucha gente en este bendito país, seríamos los campeones, no los tetracampeones, seríamos unos fenómenos.”
Y luego abandonó la sala dando brincos mientras preguntaba a un asistente dónde había una heladera para meter la cabeza.

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